Maravillosa oda al abrazo del compañero del blog “A la sombra de la luna”.
Cuando el hielo en el pecho,
amenaza desbordarse,
cuando el frío de tu alma,
resquebraja la constancia.
Hay una buena lumbre,
para alejar la desesperanza,
un sólo gesto,
y no importa si es verdadero,
o virtual, imaginario,
aunque sea dado desde lejos.
o con fuerza ciclopea,
de esos que amoratan los dedos,
o ligero, como la seda,
como si te tocaran con el canto del aliento.
siempre cálido, siempre tibio,
el antónimo del hielo.
un salvavidas directo al alma,
cuando amenaza el desconsuelo.
Como abriga un buen abrazo,
cuando el cuerpo es el correcto.
Como alivia un solo abrazo,
el dolor del corazon desierto.
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Gracias por escribirlas 😉
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Gracias por compartir mis letras compañero. Muchas.
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